La transformación digital de las empresas marca una tendencia que ha ido en aumento a nivel global, especialmente a partir del inicio de la pandemia Covid-19. Las organizaciones se han adaptado a un mundo cada vez más digitalizado a través de la automatización de procesos repetitivos, reduciendo costos, tiempo y también aumentando su seguridad informática. El sector administrativo en particular cuenta con uno de los mayores potenciales de automatización de labores, ocupando el cuarto lugar entre los 12 sectores de economía investigados por el McKinsey Global Institute.
Dentro del sector administrativo, actualmente se estima que los equipos de recursos humanos dedican el 45% de su tiempo de trabajo en actividades operativas, dentro de las cuales emplean el 18% en tareas relacionadas con el pago de remuneraciones, el 14% en administración de recursos humanos y el 13% en administración de beneficios.
Distribución del tiempo de trabajo en RRHH
Las herramientas digitales como Talana permiten automatizar estas tareas operativas, buscando liberar el tiempo de las y los colaboradores para redirigirlos a labores críticas de mayor valor agregado, tratándose de una redistribución de capacidades más que de un reemplazo. Así, los equipos humanos pueden desempeñarse en generar mejoras estratégicas para la empresa, como por ejemplo buscando formas de volver los espacios laborales más inclusivos y diversos.
Además, una automatización de procesos correctamente implementada permite identificar diferentes puntos críticos en los que suelen haber retrasos e ineficiencias, ayudando a corregir y optimizar estas labores. Del mismo modo, la automatización permite también ahorrar recursos, incluso generando una disminución de 30% en los costos operativos, gracias a una reducción en los márgenes de error, puesto que los software de automatización están constantemente actualizados según las leyes vigentes.
Los ahorros en tiempo y recursos generados por la automatización digital de procesos, especialmente en recursos humanos y finanzas, son factores que en los próximos años determinarán si las empresas logren adaptarse a un mundo cada vez más cambiante.