De un tiempo a esta parte, el término economía digital ha ido ganando terreno en el lenguaje empresarial. Este concepto se usa para hacer alusión a todas las estrategias y acciones de las empresas para crecer a través de la inserción de tecnologías.

Aunque este término empezó a masificarse globalmente desde la pandemia, la verdad es que se trata de un concepto que surge en los 90s a partir del libro del economista Don Tapscott titulado precisamente “La Economía Digital”. En él, el autor avisaba de los cambios que la aparición del internet operaría en la forma de hacer negocios a nivel global. Hoy, en 2022, las tecnologías ocupan un lugar central tanto en la producción, comercialización, distribución y consumo de bienes y servicios, siendo ya una realidad ineludible.

Como ya te hemos contado, el principal objetivo de la automatización y la digitalización de procesos es precisamente incrementar la productividad y competitividad de una empresa. Pese a que, ya sea por desconocimiento o por desconfianza, aún existen ciertas reticencias a incorporar la tecnología a los procesos empresariales, los pronósticos indican que se trata de un camino solo de ida. Hoy en día, de hecho, muchas personas estamos habituadas a estas instancias, solo que no siempre somos totalmente conscientes de ello. Un ejemplo que probablemente todas y todos conocemos es el de las tiendas en línea, donde vemos que un sitio web puede llegar a absorber casi totalmente el proceso de venta, ahorrando costos y tiempos tanto para la empresa como para los mismos clientes.

Actualmente, todos los negocios tienen el doble desafío de, por un lado, atender de manera personalizada (es decir, individualizada) a sus clientes; y, por otro, el de insertarse dentro de un mercado y una estructura de producción que es global. Sin embargo, este desafío, que a veces puede parecer abrumador, es justamente la zona de confort, por decirlo de algún modo, para la automatización y la digitalización, pues abre un mundo de posibilidades a la hora de materializar esa doble dimensión que plantea la nueva economía digital. Más que un obstáculo, deberíamos entender estas herramientas digitales como una posibilidad de volver más competitivo nuestro proyecto por el hecho de hacerlo más eficiente.

Por todo lo anterior, un ERP es una herramienta fundamental en la digitalización de tu empresa, pues este tipo de software permite gestionar la información de tu empresa de manera centralizada y en tiempo real (precios, stock, pedidos, etc.), simplificando el flujo de trabajo, mejorando tiempos de respuesta y optimizando la productividad de todo tu equipo. Asimismo, un ERP mejora sustancialmente el aspecto comunicacional de un proyecto, tanto a nivel interno como externo, pues permite que cada uno de los y las colaboradoras puedan acceder a información o recursos necesarios desde cualquier lugar y en cualquier momento, lo que permite planificar de mejor manera una estrategia de comunicación digital.

En la nueva economía digital, una ERP es una de las opciones más viables para una pequeña y mediana empresa de aprovechar al máximo sus recursos y, de ese modo, ir reduciendo la brecha digital y así lograr que la tecnología, ahora sí, esté de tu lado.